La manera tradicional de cultivar el arroz conlleva inundar los campos antes de sembrar y mantener un nivel importante de agua durante todo el ciclo de crecimiento.
Desde hace 3 años, sin embargo, IRTA de Mas Badia y determinados productores de arroz del Delta de l’Ebre y de Pals experimentan con la siembra en seco del arroz y la inundación intermitente del campo.
La siembra en seco se hace en primavera, cuando el campo es aún húmedo y permite aplazar la aportación de agua hasta un mes. Y si llueve -dice Albert Grassot, productor de arroz ecológico- "un poco más".
Cuando el arroz ya tiene el tamaño suficiente se inundan los campos y se deja que la tierra vaya absorbiendo el agua y sólo se llena cuando es necesario. "Incluso", apunta Grassot, "se puede esperar seis o siete días" entre inundación e inundación.
Todo ello permite ahorrar entre 4 y 6 semanas de agua, según los cálculos de IRTA, y retrasar el anegamiento también neutraliza el efecto del caracol manzana para que cuando éste haga acto de presencia, la planta ya es lo suficiente valiente como para aguantar. Pero no es el único beneficio. También implica sembrar menos porque, en seco, no hay mermas por el efecto de los caracoles, los gusanos, los pájaros o el viento, entre otros.
Según IRTA, el ahorro en semillas, es del 30% pero Grassot la eleva, en su caso, hasta el 50%: "de 250 kg de semilla por hectárea hemos pasado a 115 o 120".
También tiene alguna contrapartida, advierte. Hay que compensar el déficit de nutrientes que implica no anegar permanentemente el campo con un buen abono previo para que la planta pueda agarrar bien. También hay que encontrar la forma, dice este productor, de eliminar el exceso de hierbas pero aún se está trabajando en ello.
"Empezamos con algún campo de prueba, este año ya hemos cultivado el 70% de los campos con este sistema y el año próximo ya será el 100%", adelanta. ¿Y la producción? "No sólo no ha ido a la baja sino que ha aumentado un poco".
Gota a gota
También se está empezando a experimentar con el riego por goteo pero aquí, dice Grassot, el campo para correr todavía es grande. "Hay que invertir en tubos de riego, hay que ver cómo se ponen para que la maquinaria no los dañe y hay que regar constantemente ... pero también tiene una ventaja y es que, el tubo puede pasar agua pero también puedes mezclar el abono". Es un sistema que, en su opinión, puede ir bien para implantar el arroz en territorios donde ahora es impensable pero que aquí sólo tendrá futuro cuando el ahorro en agua compense la inversión extra que se debe hacer.
Manzanos
IRTA también fomenta el ahorro en el cultivo de manzana mediante el 'Giroreg'. Aquí la rebaja de uso de agua es de un 20% y se consigue gracias a las previsiones que se envían a los productores para que utilicen el agua que, estrictamente, es necesaria.
La dosis exacta se consigue a partir de las muestras que se recogen, de manera sistemática, en 42 campos concretos. Son una serie de parámetros -por ejemplo, la cantidad de agua que hay en el suelo- que se envían vía GPS a un programa informático que aplica el tamiz de la previsión meteorológica antes de hacer los cálculos correspondientes.
En verano, también se utilizan las redes antigranizo para limitar el impacto de la radiación solar. Se calcula que el 50% de la superficie de la IGP Manzana de Girona está cubierta con redes antigranizo.